Brasita escribió:Hola a todas! Es la primera vez que escribo y es porque necesito desahogarme y quizás un consejo. Solo espero no ser juzgada sino comprendida con lo q siento y me pasa.
Convivo con mi pareja no hace mucho tiempo(1 año y medio)
Últimamente el no quiere tener relaciones, no me toca, nada, y cuando por fin tenemos dura a penas 2 minutos. Me siento mal, no me siento deseada.
A veces extraño a mi anterior compañero sexual (no pareja, solo casual). Y no quisiera engañar a mi novio con él, ya que estamos construyendo un hermoso hogar (no tenemos hijos) pero si una casa en la q ambos estamos invirtiendo. En fin, siento q de a poco mi interés y mi deseo en el esta desapareciendo aunque lo quiera. Ya he intentado hablar pero no quiere porque es muy cerrado.
Cabe aclarar que soy joven, no paso los 25 años, por eso no quiero vivir una vida insatisfecha, pero tampoco quiero destruir lo q logramos.
Tu no estás destruyendo nada, es él quién se ha encargado de hacerlo, si ya lo has hablado y no admite que hay un problema dentro de su relación, tienes que pensar en ti mujer, un hogar no solo es un techo o cosas materiales, es tener aquel ser que es tu confidente, amante y amigo.
Mujer si el no quiere admitir que hay un problema entonces hay que hablar por una última vez sobre el asunto y tomar decisiones, aquí tú tienes que ser egoísta y pensar si quieres un amiguito con el que compartes gastos o un compañero de vida que te haga sentir mujer, que te desee y sea ese amante bandido.
Lo del estar con tu amigo de cama, no es buena idea pq eso es un irrespeto hacia ti misma, entonces si no hay solución con respecto a lo que pasa, es mejor seguir tu camino sola, ahí no hay un hermoso hogar mujer no te engañes, un hogar es pensar en el otro y tú querido marido no está haciendo eso, o sea siendo sincera ahí no vale la pena pq si así es empezando no quiero ni imaginar en unos cuántos años, tu amargada en cuatro paredes y mal "cogida", perdona pero para allá vas.
Entonces mujer no pierdas tu tiempo, eres muy joven como para estar ahí amargada por no estar satisfecha sexualmente