Mis bebés.
El 14/6 me enteró que estaba embarazada. Voy a la ginecóloga, me manda a hacerme todos los estudios de control.
El 27 de Junio me hacen la primera ecografia para confirmar el embarazo y no solo lo confirman sino que me dicen que estoy esperando 2 bebés, que eran gemelos/as. Ahí me dicen que mi embarazo era monocorial biamniotico, eso quiere decir que era una única placenta con dos bolsas. Me explicaron las posibles complicaciones que podía tener el embarazo, como que uno de los bebés le coma la comida al otro, que haya diferencias en peso al nacer, entre otras cosas. Cuando salgo de hacerme la ecografia voy para el auto donde me estaban esperando mi pareja con nuestra hija. No sabía cómo decirle que íbamos a tener dos bebés, estaba en estado de shock, con ciertos miedos, feliz, nerviosa. Cuando le dije a mi marido que eran dos bebés solo nos abrazamos, nos reímos, pensábamos cómo íbamos a hacer y yo lloraba de los nervios y felicidad.
Cuando llegamos a la casa y buscamos cómo era ese tipo de embarazo que tenía recuerdo que decía muchas cosas feas, y entre eso que una de las posibles complicaciones era transfundido-transfusor.
El tiempo pasó, hubo varias discusiones, entre ellas una que hizo que termine en el hospital con 140/70 de presión.
El 21/8 nos dicen que parece que esperamos dos nenas, y el 19/9 lo confirman, pero también nos dicen que una de las bebés tenía menos líquido amniótico de lo que tenía que tener. Cuando pregunto qué podía pasar o si se podía solucionar, nos explican que podía que se acomodara, que siga así todo el embarazo, o que no se acomode; pero que por ahora solo tenía que esperar y hacerme ecografias de control y control con la obstetra cada 15 días.
Ahí empezaron nuestros miedos, porque según lo que leíamos en internet se trataba de un embarazo gemelar transfundido-transfusor y si era así podía que no nazcan con vida las bebés y yo corría mucho riesgo.
El tiempo pasó, me hacían controles y ecografias cada 15 días. Llegue a no sentir moverse a una de las bebés, pero después de eso no las dejé nunca de sentir dentro de mi vientre.
Llego el 1/10.
Me atiende Mercedes, mi obstetra, y después de que me atiende, me llevan a rayos a hacerme la ecografia de cada control. Después de revisarme por una hora, me dicen que Mia (nombre que habíamos elegido) seguía con poco líquido, que no iba a poder recuperarlo de ninguna forma, pero que por lo menos no había disminuido y Zoe estaba muy bien, se movía mucho. Antes de irme, mi obstetra me dice que si Gonzalo me quería acompañar a los controles no había problema.
El 15/10 fue mi último control del embarazo. Ojalá hubiese sabido eso así me acompañaba Gonzalo.
En ese control, que me acompaño mi hermana, me explican que las bebés venían complicadas. Porque Zoe le estaba “sacando” todo a Mía. Zoe tenía muy poco líquido amniótico y Zoe tenía mucho más. Por eso que sospechaban y casi confirmaban que tenía un embarazo transfundido-transfusor.
Mercedes me explica que me iban a derivar al hospital materno infantil “***”, que está en la ciudad de Buenos Aires. Ya habían hablado con mi obra social por el tema del traslado. Mercedes me explica todo lo que podía pasar si el embarazo era el que pensaban. Me explica que podía ser que todo siga bien y mis bebés nazcan bien las dos, podía ser que solo viva una de ellas o que no viva ninguna.
Tengo que admitir que si bien supe desde un principio las complicaciones que podía tener, escuchar eso me rompió el alma. Si bien estaba o trataba de estar bastante tranquila, había algo adentro mío que tenía miedo. Uno de esos miedos que tuve y llegue a llorar hasta dormirme abrazada en el pecho de mi marido, era no soportar la cesárea o el parto. Tenía miedo de quedarme ahí.
El 17/10 a las 00.15 salía la Combi que me llevaba hasta el hospital a que me atiendan y me den un turno para ver si me iba a poder seguir tratando el embarazo en mi ciudad o me tenía que atender ahí. Pero el viaje estuvo bastante complicado, me empezaron a dar contracciones y eso empeoró todo.
Cuando llegamos con mi hermana al hospital, pedí de pasar a un baño y le pregunte a la doctora que estaba de guardia si lo que estaba teniendo eran contracciones o era que se movían mucho las bebés, me dijo que vaya al baño y después me revisaba.
Cuando me revisa me dice que efectivamente eran contracciones y eso había hecho que se ablande y dilate el cuello del utero, así que iba a quedar internada mínimamente una semana para ver cómo iba todo. Yo estaba de 21.4 semanas.
Cuando me internan me pasan suero para frenarme las contracciones y que no se desate el parto. Me explican que ese tratamiento no podían hacerlo más de 3 veces. También me dicen que si las bebés nacían antes de las 24 semanas no iban a vivir porque no tenían su tráquea formada. Ese día me logran frenar las contracciones y me cambian de piso, a sala tercera, donde iban las mamás que habían roto bolsa antes de tiempo, los embarazos múltiples y los embarazos con complicaciones.
Los días pasaron, llegó el día de la madre, el domingo 20/10. Mi marido me fue a visitar con nuestra hija de 3 años, después de 3 días sin verlos. Termino el horario de visita y tuvieron que irse. Ese día a la tarde empecé con muchas contracciones. Y tenía más dilatado el cuello del utero.
Me pasan nuevamente al primer piso, donde estuve internada el primer día.
Allí me hacen una ecografia y confirman el embarazo y transfundido-transfusor. Iban a intentar pararme las contracciones nuevamente, pero primero quisieron hacerme bien la ecografia.
Me llevan a hacerme la ecografia, revisan a las nenas. Mía ya no tenía casi nada de líquido y Zoe tenía exceso de líquido. Mía estaba anémica, casi sin sangre ya. Zoe tenía sobre exigido su corazoncito. Me dicen que tenían casi ninguna posibilidad de que vivan cuando nacieran. Me dicen que iban a hacerme una punción en la bolsa de Zoe para quitar todo el líquido que sobraba e intentar que llegue aunque sea a las 24 semanas, así me daban los corticoides para madurarle los pulmones e intentar que vivan fuera de la panza. También me dicen que iban a intentar derivarme a otro hospital donde tengan más experiencia con ese tipo de embarazo.
Cuando terminan de hacerme las ecografias y me suben nuevamente al primer piso, me vuelven a revisar antes de hacerme la punción, y ya estaba con trabajo de parto. No había forma de parar las contracciones, tenía 5 de dilatación.
Hacen entrar a mi mamá y le explican todo, que ya no había nada por hacer y que las bebés no iban a vivir. Me dicen si le quería avisar al papá, así estaba conmigo en el parto. Lo llame. Se cruzó todo Buenos Aires para llegar a acompañarme. Yo termine de dilatar rapidísimo. Me acompañaron caminando a la sala de parto.
La doctora, acompañada de 2 residentes y una enfermera, me preguntaron si iba a querer conocerlas, pero en ese momento lo único que pude decir fue que no. No podía, y esa es la culpa que tengo hoy en día. No pude conocer a mis hijas. Sabía que no iban a vivir. Venía sufriendo y no tuve el coraje de conocerlas. Mi marido llego justo para cuando nacieron. Estuvo ahí conmigo, sosteniendo mi mano en todo momento. Diciéndome que yo podía. Secando mis lagrimas mientras pujaba para que nacieran. Se le caían las lagrimas a él también.
Ninguno de los dos pudimos ver a nuestras hijas. Nacieron el 21/10, vivieron 5 minutos. Mía nació a las 00.43 y Zoe a las 00.45. No pude conocerlas, solo sentí como se movían esos 5 minutos que vivieron y sentimos llorar a Zoe cuando nació. Ese llanto todavía lo tengo en mi cabeza, al igual que cuando una de las residentes pregunto la hora para anotar a la hora que habían fallecido.
Después que ya habían fallecido, me hicieron un raspaje por las dudas. No tenía ni una gota de anestesia, sentí todo, vi todo. Todavía tengo la sensación de cuando me lo hacían, y ya pasó un mes.
Después una chica de neonatologia se llevo a las bebés en una cunita. Y antes que la doctora y las residentes se retiraran me abrazaron y me saludaron, les agradecí por la atención que había tenido y llorando me dijeron que era una mujer muy fuerte.
Le pidieron a mi pareja que se retirara que iban a higienizarme, pero antes de eso volvió la doctora a preguntarnos qué nombre les íbamos a poner, si teníamos alguno pensado, porque como habían vivido 5 minutos iban a tener su nombre y apellidos. Su partida de nacimiento y su certificado de defunción. Me pusieron las dos pulseras, una por cada beba.
Después de que terminaron de higienizarme, me cambiaron a otra sala de parto, para no llevarme a donde estaban las mamás con sus bebés.
Cuando terminaron de higienizarme y me sacaron el suero, me vinieron a buscar para llevarme a la sala, pero me preguntaron si quería volver a donde estaba o prefería ir a una sala donde no haya bebés. Preferí ir a donde no había bebés, para no lastimarme más de lo que ya estaba.
En la sala donde me llevaron había más mamás como yo, que habían perdido a sus bebés. Mi marido me da un beso y se retira, eran más de las tres de la mañana y no podía haber hombres en la sala.
El Lunes 21 cuando fue el doctor a revisarme me pidió autorización para realizarle la necropsia a las bebas y el análisis de la placenta. Después de eso viene una señora, se presenta y me dice que el papá de las bebas tenía que acercarse para explicarle cómo hacer los trámites para retirar los cuerpitos de las nenas. No pensé que iba a poder llevármelas, eran muy bebés. Apenas pesaron un poquito más de 300gr cada una.
Mientras que estaban los médicos mi mamá fue a retirar los certificados de nacimiento de las bebas.
El 23/10 me dan en alta. Lo único que quería era irme de ese lugar. Quería estar con mi hija, mi marido. Poder abrazarnos y estar juntos.
El 24 realizamos todos los trámites en el cementerio de la Chacarita y en el registro civil, donde me dieron los certificados de defunción.
Todavía seguimos esperando que nos llamen para hacer la cremación de las bebas, y previo a eso, reconocerlas.