Hum... No sé por dónde iniciar.
Antes que nada, no me considero adolescente, porque soy una anciana de 19 años, pero esto va más con mi relación con mi madre, que con mi novio.
Agradezco si me leen, puesto que es algo largo, pero escribo tanto para que entiendan el porqué de mis preocupaciones, igual tratando de que entiendan lo que siento y que, con suerte me den un consejo.
Mi novio es siete años mayor que yo, por su trabajo viaja mucho y es algo complicado que nos veamos, recientemente me dio la noticia de que se compró una casa y está algo -muy- retirada de donde vivo. Me dijo que quiere pedirle permiso a mi madre, para que, cuando nos veamos, me quede uno o dos días a dormir en su casa. Quiere hacerlo invitándonos -a mí y a mi madre- a ver su casa, pero quiere que la casa esté presentable y ya con todo. Por motivos de su trabajo, no va a ser un proceso rápido y no ha tenido aún sus días de descanso. Así que todavía falta para ese... gran momento. Pero, aún así me lleno mucho de nervios.
Ahora, lo que me asusta... Quien me asusta, es mi madre.
No sé cómo vaya a reaccionar, si de buen o de mal modo.
Mi madre ya sabe el nombre completo de mi novio, tiene su número de celular, ya le dije dónde vive -actualmente, que no es muy lejos de aquí-, sabe que es mayor que yo y por cuánto y de qué trabaja. Solo me falta darle registro de sus huellas dactilares y de su linaje entero -bromeo-. Pero no lo acepta. No lo ha visto en persona, pero sabe cómo luce e incluso aceptó que es guapo.
Mi madre no lo acepta, porque no acepta la idea de que yo tenga pareja y, la conozco, tampoco se preparó a que me convertiría en mujer y que en algún momento, yo no solo tendría mi novio para agarrarnos de las manitas y decir cosas bonitas -sí, me refiero a que no se preparó emocionalmente a que algún día su bebita iniciaría su vida sexual-.
Siempre he batallado con mi madre por eso de tener pareja. O por eso de... ser mujer...
Soy la menor de cinco hijos y la única mujer. Por lo tanto, me han sobreprotegido.
De mis hermanos mayores he aprendido. Soy observadora y aprendí a no repetir esas idioteces. Ellos -todos ellos- han llegado muy tarde, o hasta el siguiente día a la casa y muchas veces sin avisar. Y sí, mi madre se preocupaba, pero ya cuando llegaban, medio los regañaba o no los regañaba. Yo no quise meterle preocupaciones a mi madre y desde el primer día que empecé ir sola a la escuela le escribía avisándole dónde estaba, si me movía de lugar, o si iba al baño y cómo salía todo -okay, eso no-; le daba aviso sin que ella me lo hubiera pedido o platicado antes.
Para salir por diversión -o sea parques, museos y cosas ñoñas y sanas-, pedía permiso con anticipación mínima de dos días y hacía limpieza y orden antes de salir; eso sin que me lo hubiera exigido o platicado.
Traté de ser buena hija y demostrar maduréz, respeto y responsabilidad.
Para cualquier situación, les contaba muchl de mí, abiertamente.
Pero, mi madre, por una vez que no le escribiera -soy humana, a veces se me olvidaba por andar de cotorra-, ya me hacía drama y demostraba decepción, me hacía sentir muy mal.
Cuando salí por primera vez con mi novio, yo andaba nerviosa y no sabía si contarle a mi madre mi emoción por mi primer cita con él, tenía miedo de su reacción, temía que preguntara hasta dar con que es mayor que yo y... mejor quise ir lento en eso, además ni siquiera se definía que éramos pareja aún.
Para cuando regresé, no aguanté la emoción y solté la sopa: "¡fui de cita!". Lo tomaron bien mi madre y mi hermano R, que creí que no lo harían, no hicieron preguntas.
Después, dos noches hice llamada con mi entonces no-novio y mientras hablábamos, jugamos un juego online. Ahí empezó el pleito. Esas dos veces mi madre llegó del trabajo y se enfureció cuando oyó su voz de hombre -y no de chica-, solo porque estaba jugando con alguien que no era chica. Me armó pleito y me insultó. Tuve que colgar en la primera y en la segunda acordamos guardar silencio -él y yo- para que mi madre no se molestara.
Pasó el tiempo y mi madre me hacía pleito por el simple hecho de salir con él. Yo llegaba temprano y le avisaba cuando llegaba al lugar y cuando iba de regreso.
Un día que estuve con mi novio, nos dormimos profundamente, ambos habíamos tenido una semana dura y cuando él despertó, eran las ocho e intentó despertarme para encaminarme a mi casa. Soy muy gruñona cuando me interrumpen el sueño y no recuerdo lo que hago en esos lapsos, le dije de mal modo que me dejara dormir y me seguí otra hora, misma en la que me siguió insistiendo.
Había olvidado que mi teléfono estaba en silencio porque antes fuimos al cine.
Y cuando desperté, fue muy asustada y al ver las llamadas y mensajes perdidos me llené de más terror, me daba miedo regresar a casa. Me daba miedo que mi madre me juzgara, me daba miedo que me tratara mal porque ya era obvio que yo ya no era virgen. Sabía que mi hermano R, le iba a alimentar esos malos sentimientos a mi madre, porque él se había portado muy envidioso y venenoso conmigo desde que empecé a salir con mi novio L.
Tuve miedo y hasta le rogué a mi novio que no me regresara a casa.
Cuando llegué a la puerta de la privada, R en tono burlón me dijo que "ya había valido".
Mi madre me armó el peor pleito de todos y no dejaba de andar atrás de mí. Me dijo cosas dolorosas.
"Mira cómo andas vestida", no tenía ropa provocativa, "quién sabe a cuántos hoteles ya te fuiste a revolcar", "quién sabe a cuántos viejos ya les enseñaste tu cuerpo". Yo no quería oír más y le grité que se cayara, le dije que me había dormido, le dije lo del celular, pero por mi orgullo no le dije que tenía tanto miedo que hice tiempo. Ella me lo negó y siguió insultando, prácticamente me llamaba p*ta y en una de esas soltó "z*rra", sonreía y me veía como si yo fuera su enemiga, no su hija, vi odio. Después le dije que debería repetir eso en el espejo y viera lo horrorosa que se pone. Bajé esperando consuelo de mis hermanos I y R, pero R siguió con veneno sin usar palabrotas, pero hiriente. Esa noche lloré hasta dormir.
Hablé con I al día siguiente por mensaje mientras yo andaba en la escuela y en el transporte.
Me contó que mi madre estaba preocupada, pero tranquila y que R empezó a meterle miedos y a decirle que seguro L era un hombre casado y grande, o que era un roba-chicas, o que seguro me usaría hasta aburrirse, etcéteras.
Yo traté de hacerlo de buen modo, desde antes, sabía cómo podrían reaccionar desde que tuviera novio y no quise darles control sobre mis relaciones, pero a la vez quise que supieran que yo estaba a salvo. Pero, a lo que concluimos mi hermano I y yo, es que solo les di mucho poder y ellos piensan que soy muy hueca y que le ando enseñando mi cuerpo a cualquiera. Desde entonces dejé de contarles y me salía sin avisar, pero llegando temprano y habiendo hecho limpieza del patio o de los trastes... No les contaba ya de mis preocupaciones, ni si algo me hacía sentir feliz. Mi madre y R de repente me hacían la plática y me contaban de sus situaciones amorosas, pero yo solo callaba y no mostraba emociones. Empezaron a calmarse y yo solo les hablaba sobre mi manera de pensar de cómo se debe ser cuando se tiene pareja, pero no les contaba qué hacía con L.
Mi madre me llegó a contar de un exnovio con el que se encontraron en FB y que siguen gustándose y demás.
Yo le dije: "agradezco que confíes en mí, no le diré a R, te entiendo, es muy hocicón, sé guardar secretos y así como te emocionas con él, yo me emociono mucho con L, me encanta y por esa dificultad para vernos, me cuesta despedirme, es el primero que no me ve como un par de pechos con piernas. Y te guste o no, madre: lo veré. Te guste o no: soy humana y tengo deseo sexual. No quiero que me controles con quién, con cuántos y cómo tengo S*exo. Respeto tu casa y eso no lo hago ahí, aunque esté sola". Digo... sonó a como si lo hubiera hecho con mil humanos, pero L es mi primer compañero de alcoba; pero, sin importar eso se debe respetar la intimidad de cualquier persona.
Mi madre ya se ha calmado, apenas me contó sus inquietudes y aproveché para contarle de la nueva casa de L y dónde está, pero no le dije de nuestros planes de hablar con ella.
Me duele eso que me hizo y no lo esperaba de ella. Perdió el control sobre sus palabras una vez que ella tuvo el presentimiento de que yo ya tenía S*exo y nunca, nunca se preparó para eso.
Pero, santo cielo, no tengo doce años como para que eso sea abuso sexual, ya he lidiado con muchos patanes que me hayan visto solo como objeto de placer, o sea que sé reconocerlos, he aprendido de los errores de mis hermanos, de mi madre y mi difunto padre para escoger pareja, pero ellos no ven que he crecido. Que, si lo hiciera o no bien, no deben meterse en qué clase de pareja busco. Soy una mujer.
No sé cómo lidiar con mi madre, ni con mis preocupaciones ahora que L ya tenga lista su casa.
Quiero que mi madre acepte que tengo pareja. A veces reacciona bien y a veces no: no sé si aunque no tuviera la menopausia me lo haría. Ella tomó malas elecciones de parejas, pero yo no soy ella.
Te agradezco a ti, por darme tiempo y leerme.